Si hay una flor que merece la corona de reina en nuestros jardines, sin duda es la rosa. Los rosales, tan comunes en toda España, aportan su toque inconfundible a parques y plazas, gracias a su fácil cuidado, resistencia y deslumbrante floración.
En la preparación para una primavera espectacular, la poda de los rosales se convierte en un arte esencial. Sigue el calendario de poda: de enero a marzo, una poda de saneamiento; de junio a septiembre, recorta chupones, flores marchitas y maderas muertas, estimulando la floración eliminando flores solitarias; y de octubre a noviembre, retira tallos frágiles para preparar la planta para el invierno. No olvides abonar después de cada poda para asegurar un crecimiento robusto.
Ahora, el desafío: ¿cómo podar un rosal correctamente? Primero, desinfecta tus herramientas para evitar infecciones. Para rosales arbustivos, elimina brotes viejos, partes enfermas, tallos cruzados y maderas enmarañadas. Deja tres yemas en ramas del grosor de un lapicero y seis en las más gruesas. Corta siempre por encima de una yema, de forma oblicua y siguiendo su dirección.
Este período también es ideal para sembrar rosales. Adquiérelos en tu vivero o floristería de confianza. Los cepellones, cubiertos de cera para prevenir infecciones, están listos para ser plantados. Elige un color que te encante y deja que el rosal te sorprenda.
Aunque preferible en el suelo, los rosales también pueden prosperar en macetas grandes y profundas. Sus colores, belleza y aroma los coronan como reinas de las flores, simbolizando amor, pasión y pureza. No dejes de tener un rosal en tu jardín o terraza.
Cultiva tus propias rosas y llena tu hogar de color y frescura. Este es el consejo de miFlor.es para convertir tu espacio en un espectáculo floral inolvidable.